Hoy en día existe una inmensa gama de dispositivos que han hecho llevadera y sencilla la vida de los hombres. Sin duda, nuestra época está marcada por el confort y la comodidad que proporcionan los aparatos tecnológicos, los cuales, han surgido gracias al ingenio de personalidades que han definido con sus invenciones el rumbo de la humanidad. Debemos mucho a estas mentes brillantes, pues, nos han ayudado a constituir nuestro presente.
Todos los elementos derivados de la evolución técnica del hombre merecen ser dignificados comprendiendo su historia, sus características y funciones, pese a que muchas personas pasan por alto estos detalles de suma importancia. Por tal motivo, en esta ocasión honraremos a un instrumento cuyo uso es bastante popular debido a que es muy accesible y posee múltiples beneficios, a saber, el termopar tipo J.
Antes de hablar detalladamente sobre esta pieza, resulta necesario esbozar una breve introducción para que pueda ser comprendida en todas sus dimensiones. De otra manera sería una explicación muy pobre y dejaría más dudas en lugar de soluciones.
La extensa diversidad de tecnologías puede ser agrupada en tipos según la función que cada parte desempeñe. Sin duda sería una lista muy larga, por tal motivo sólo trataremos en este texto dos ejemplos que son clasificados según su funcionamiento, a saber, los sistemas de medición y los transformadores.
Es inevitable querer prescindir de los parámetros para medir magnitudes y de los aparatos usados para convertir una energía específica en otra. Esto no es nada injustificado pues nuestra cotidianidad está poblada de ambos métodos a través de los cuales, se hace efectivo el dominio y la comprensión de los fenómenos naturales.
Desde niños estamos habituados a utilizar instrumentos de medición, por ejemplo, en las instituciones educativas y académicas. ¿Quién no recuerda aquellos experimentos realizados con termómetros en los laboratorios, o las mediciones de diversas longitudes con el uso de una regla durante las clases de geometría? Seguramente la mayoría de los que están leyendo este texto tienen recuerdos vagos o claros de aquellas sesiones en las que uno incursionaba en el mundo de las mediciones.
Se trata de una práctica que en realidad trasciende los recintos escolares, pues también se lleva a cabo en un amplio manojo de trabajos y actividades. Las ciudades no serían las que son hoy, sin una acción tan sencilla y compleja como lo es medir. Las edificaciones y viviendas requieren de arquitectos, ingenieros, albañiles que posean conocimientos básicos o profesionales de medición, pues una buena obra depende de estos saberes.
Sin embargo, se trata de una actividad que ha acompañado al hombre desde tiempos milenarios, como en las antiguas civilizaciones romanas, mesopotámicas, egipcias y griegas. Con el pasar de los años fueron perfeccionándose los sistemas de medición y los aparatos para cuantificar y medir magnitudes. Por tal motivo, en la actualidad, cualquier cosa o elemento puede ser objeto de medición.
Por otra parte, los transductores son un sistema encargado de traducir una manifestación de energía en otra por medio de diversas tecnologías según el tipo de impulso energético de entrada y salida. Durante el proceso de combustión podemos ver la transformación de energía térmica o mecánica, igualmente en los molinos de vientos que convierten las corrientes eólicas en impulsos eléctricos. Son sólo algunos ejemplos de convertidores, sin embargo, pueden mencionarse muchos otros casos.
Ahora bien, todo lo anterior tiene pleno sentido en este artículo ya que el termopar tipo J reúne ambas características, a saber, medir magnitudes y traducir cantidades de energía. ¿En qué consisten los termopares y en qué se diferencia el tipo J de otros modelos?
Los termopares se constituyen de dos filamentos metálicos de materiales distintos colocados en diferentes posiciones pero unidos por un extremo. Su funcionamiento estriba en 2 extremos: el extremo que conforma el punto de medición o junta caliente y el extremo denominado como punto o junta fría. Se trata de un transformador, es decir, un transductor que opera según un punto de entrada por donde ingresa un tipo específico de energía, y un punto de salida, por el cual se libera una energía distinta a la que ingreso primeramente (energía eléctrica).
Su modo de operar se basa en el efecto Seebeck, para ser más precisos, el efecto termoeléctrico, en el que se transforma directamente la diferencia de temperatura a un voltaje de naturaleza eléctrica. Cuando la junta caliente eleva su temperatura genera un voltaje eléctrico proporcional a los niveles de temperatura predominantes. Dicha generación es posible debido a la diferencia térmica entre la junta fría y caliente, asimismo, a los diferentes materiales con que estas están compuestas. Cabe mencionar que los termopares no dan una medición absoluta del medio sino sólo muestran la temperatura diferencial entre las dos juntas que los constituyen.
El termopar tipo J opera de esta manera, aunque posee características singulares que lo distinguen de los demás. Por ejemplo, es bastante conocido debido a que es uno de los 2 tipos más comunes. No en vano, es uno de los dispositivos más usados en el ámbito industrial entre otras actividades laborales. Están fabricados con fierro y constan de una aleación formada por la combinación del cobre y el níquel, la cual, se caracteriza por tener una buena resistencia eléctrica. Pese a tener un alto rango de resistencia, requiere sumos cuidados ya que puede oxidarse fácilmente sin la debida protección. También es óptimo para temperaturas que oscilan desde los 0 hasta los 760 centígrados.
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